domingo, 15 de abril de 2012

no jadeaste





No jadeaste, no. No te oí. Tu cuerpo desnudo, el mío vestido y el suelo sucio de tantos cadáveres que han deambulado por ahí. Fue noche de espectadores de polvos húmedos, lenguas hinchadas, cuerpos sudorosos, niños órganos juguetones. Juro no los invité, sólo tal vez. Pero vos no gemiste: silencioso, cauteloso, sigiloso, precavido, ¡reprimido! Tu piel hermosa se hunde tus pelos femeninos tu sexo grueso tu lengua larga que arremolina. Hubiese dejado las calles ahogarse en sangre por permanecer.



ma-12



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